La pandemia SARS-CoV-2 ha afectado la actividad económica mundial con un duro y contundente golpe, expertos ya pronostican una recesión económica posterior a la crisis sanitaria, “Los impactos del coronavirus se reflejan en el canal comercial y el canal financiero. En el canal comercial a nivel mundial se está reduciendo las existencias de bienes a granel, materiales de construcción y productos básicos, se ha roto la cadena de suministros de insumos intermedios que va a tener notables impactos en la economía salvadoreña”, según el analista Óscar Cabrera Melgar, presidente de FUDECEN, ex presidente del BCR. Muchas familias han quedado sin el ingreso de dinero, disminución significativa en sus presupuestos o temen la estabilidad de sus empleos, es un estado de incertidumbre que desequilibra el bienestar psicológico de la persona, extendiéndose a todo su grupo familiar; que puede ocasionar la aparición de sintomatología de trastornos psicológicos del estado de ánimo, depresión o ansiedad; reconocer que el insomnio, ataques de pánico, desesperanza, pensamientos catastróficos, son reacciones ante una situación donde nuestro medio de subsistencia se ve amenazado; y son factores de una crisis emocional. Se ha comprobado que durante las crisis económicas las consultas de psiquiatría han aumentado un 25%, los fármacos antidepresivos un 10% y un 1,6% los tranquilizantes. El diario vivir es enfrentarse a estresores cotidianos y excepcionales que exigen un nivel de respuesta de adaptación para superarlas y anteponernos, y se ha reconocido a uno de los principales estresores: el factor económico. Muchas personas también pueden estar en situaciones concurrentes con la pandemia; duelos, separaciones amorosas o familiares, desempleo o sobrecarga laboral, incrementando el nivel de vulnerabilidad de sufrir una crisis emocional; superarla dependerá de nuestros recursos económicos, sociales y psicológicos. Situaciones excepcionales que demandan habilidades emocionales que superen las adversidades que hasta el día de hoy no tiene fecha de vencimiento. “En mi trabajo nos han mandado a casa sin saber qué decidirá el dueño de la empresa, y anoche no he podido dormir sin saber qué pasará” es frecuente escuchar en seres queridos reacciones emocionales negativas como la incertidumbre, ansiedad, enojo, tristeza, desamparo, culpa e irascibilidad, por mencionar algunas, pero es de conocer que nuestro cuerpo también reacciona somatizando el malestar psicológico de formas diferentes como cefaleas, insomnio, problemas digestivos y dolores musculares. Para contrarrestar estas reacciones es necesario el desarrollo de habilidades emocionales y control de pensamientos que nos permitan ver la luz al final del túnel, mantenernos con el ánimo favorable e inspirar serenidad durante las crisis. Diversas estrategias como replantearse esas metas y expectativas económicas propuestas al inicio del año, ser conscientes de la situación que enfrentamos como humanidad nos ayudará a mantenernos enfocados en las necesidades inmediatas y ser capaces de elaborar un plan una vez retomando el ritmo de nuestras vidas. El mantener la calma y capacidad de razonamiento en un plan busca disminuir las decisiones impulsivas y pensamientos catastróficos de la situación, generando una sensación de control y calma que también contagiará nuestro círculo social, reconocer los pensamientos basados en suposiciones o infundados por la presión social que se difunde en el pánico colectivo y que desencadene acciones impulsivas de compras, acaparamiento y endeudamiento innecesario. Recordemos ser solidarios entre nosotros, comprando lo necesario, en comercios locales, y promoviendo las iniciativas colectivas donde todos influimos en el crecimiento y dinamización de la economía. Buscar el apoyo social con las personas con conocimientos del tema que necesites, tal como buscaríamos médicos o profesores, también estar abiertos a consejería financiera, manejo de redes sociales o emprendimiento y evitar comportamientos impulsivos que lejos de ayudarnos, generarán un factor de estrés en nuestras vidas, evita las deudas o compras innecesarias. Que al pasar esta crisis ni la economía, ni nosotros seremos los mismos, que la crisis nos devuelve la mirada a los aspectos de mayor valor, reconectar con nuestras familias, celebrar la buena compañía y fortaleciendo los lazos afectivos con nuestros seres queridos.
Fuentes consultadas. Muiño, L. (2014, septiembre 22) Crisis económica y estado de ánimo. Recuperado de: https://www.lavanguardia.com/estilos-devida/ 20140918/54415165716/crisis-economica-y-estado-de-animo.html Fernandez, V. (2017, noviembre) Impacto Psicológico de la Crisis Económica. Recuperado de: https://360periodismo.com/impacto-psicologico-de-la-crisiseconomica Diario Digita ContraPunto, (2020, marzo 12) Impacto económico mundial y local ante el coronavirus, analiza FUDECEN. Recuperado de https://www.contrapunto.com.sv/economia/coyunturaeconomica/impactoeconomico- mundial-y-local-ante-el-coronavirus-analiza-fudecen/13102 Manzano-Andorro, V. (2010) Aspectos psicológicos de la crisis. Recuperado de: http://institucional.us.es/compromiso/libreconf/docs/Sesion2.pdf
Manuel E. Ramírez. Lic. En Psicología. Miembro APROSAMEN
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