Redacción por Víctor Eduardo Lara, Psicólogo.
Actualmente estamos pasando por un estado de crisis sanitaria, ante un nuevo virus denominado COVID 19, esto ha puesto a muchos países en estado de alerta, a otros en estado de crisis, hemos visto muchas medidas de higiene que nos pueden ayudar, pero existe un factor muy importante que se ha abandonado, una ciencia que ayudaría sin dudas a encontrar el comportamiento idóneo y más adaptado ante un estado de alerta nacional e internacional, hablamos de la psicología, una ciencia que se ha olvidado en los planes de contingencia en la salud pero su ausencia es notorio en el comportamiento desadaptativo de las personas.
Se preguntarán ¿Pero qué tiene que ver una pandemia mundial eminentemente biológica con la psicología? Pues en este ensayo encontraras la respuesta.
El mundo entero con el COVID 19 está alarmado, hemos visto, leído y escuchado muchas noticias acerca de los efectos en la salud, económicos, políticos, sociales pero no se ha retomado la parte psicológica, somos seres biopsicosociales [1]por los cual debemos entender que una alerta de tal magnitud afecta a todas estas esferas que nos conforman, hablemos de las emociones que está teniendo la población, como estas están orientando nuestras conductas, las cuales intentan de manera desadaptativa compensar el miedo social.
Para entender este fenómeno debemos definir ¿Qué es el miedo? este lo entendemos como un estado emocional que aparece en los momentos de incertidumbre en los cuales el futuro no es seguro y pone en riesgo lo que consideramos importante; esta emoción nos mantiene en un estado de alerta que inicialmente busca evitar y escapar ante situaciones de amenaza. El miedo es importante ya que este ayuda a reaccionar ante situaciones que ponen en peligro la vida, es normal tener miedo en nuestra vida, es bueno; el problema radica cuando el miedo es constante, cuando no ayuda a reaccionar sino que nos paraliza, nos hace actuar de maneras impulsivas, ciega nuestro juicio crítico, en pocas palabras cuando no aprendemos a gestionar esta importante emoción de la manera adecuada entramos en estado de crisis de manera psicológica.
Cuando no se aprende a gestionar el miedo este nos orilla actuar de manera disfuncional haciendo que como resultado tengamos lo contrario al objetivo del miedo (que es salvaguardar nuestras vidas), ya que termina por condicionar nuestra conducta y este resultado es contraproducente a la hora de actuar. La población Salvadoreña ha presentado conductas impulsivas a raíz del miedo, como comprar mucha comida que no alcanzaremos a consumir, comprar de manera excesiva mascarillas, desarrollar ideas irracionales polarizadas, extremistas y catastróficas en las cuales solo valoramos resultados negativos, y todo esto aun sin presentar casos confirmados ni sospechosos en nuestro país y a penas pocos casos en el istmo centroamericano.
Este miedo está creando en las personas un conjunto de emociones que si bien es cierto son normales para una situación anormal pero empiezan a tornarse irracionales, esto está generando en unos sectores de la población ansiedad lo cual repercute en su salud mental y física, la ansiedad de manera constante puede bajar las defensas, desarrollar problemas de hipertensión o agravarlos, entre otras dificultades; tenemos población que entra al país y se encuentra con cuarentena y aislamiento obligatorio eso genera en ellos ira, confusión, desesperación miedo; tenemos infantes que no comprenden bien la situación y extrañan a sus seres queridos que no están con ellos.
Aquí podemos identificar que en nuestro país El Salvador existe poca cultura de atender nuestra salud mental, que son pocas instituciones gubernamentales y privadas que brindan este servicio y no todas con calidad, que tenemos una educación que no da la importancia necesaria a la psicología, y esto, trae consecuencias.
Entonces es cuando comprendemos que un estado de alerta, pone al pueblo salvadoreño en desequilibrio psicológico que termina perturbando más a nuestra población que lo que podría ser, agravando cada una de las consecuencias en todos los factores (económicos, salud física, social, educativa, etc.), entendemos que somos un país con un alto riesgo de influencia social negativa, propensos a caer en estado de crisis constante que daña progresivamente la salud mental y física de todos los habitantes. Estos daños psíquicos podrían evitarse si se concientizara a la población de la importancia real de la psicología en nuestras vidas.
¿Qué podemos hacer ante esto? Debemos tomar consciencia que somos seres biopsicosociales y que nuestras necesidades orgánicas son igual de importantes que las psicológicas, que la afección emocional es tan importante como la física, que no podemos vivir saludables si tenemos alteraciones mentales, debemos entender que visitar un psicólogo nos ayudará a gestionar de manera adecuada nuestras emociones, a tener pensamientos más racionales y así controlar nuestra conducta, tener una buena toma de decisiones en diversos ámbitos (Laboral, familiar, académico etc.), ser más objetivos ante la realidad y así poder disminuir miedos irracionales, ansiedad, el estrés; esto tendrá como resultado un estado de calma que ayudaría en tu psique, ayudaría a ser más empáticos, a ser menos consumista, eso tendría efectos positivos la sociedad y la actual crisis sanitaria que vivimos.
No olvidemos acatar recomendaciones de los poderes del gobierno, creer en noticas oficiales estatales, asistir a un psicólogo o pedir ayuda virtual siempre a un profesional de la salud mental, el estado de alerta no es vacación es cuarentena.
[1] Somos seres vivientes de naturaleza orgánica, parte del cuerpo es el cerebro de lo cual nace la psiquis que es el mundo subjetivo de pensamientos y emociones y esto es trasladado a nuestras relaciones sociales y al mundo externo.
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