Por la Msc. Sara Arelí Bernal Juárez, Psicóloga
A finales del año pasado la noticia que un virus había afectado a la población de Wuhan, capital de la provincia de Hubei en China central no había tenido un impacto tan grande, hasta que se presentaron las primeras víctimas mortales. “Desde diciembre de 2019 hasta la fecha, se han reportado más de 68 900 muertes aproximadamente según datos del Centro Europeo para la prevención y el control de las enfermedades” 1 . En la página del ECDC (por sus siglas en inglés) se pueden apreciar las cifras diarias actualizadas por continente y por país .
En El Salvador, el 11 de marzo se anuncian las primeras medidas de prevención ante la llegada del coronavirus y en adelante se han establecido decretos restrictivos como la primera cuarentena:
"El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, decretó este sábado (21.03.2020) una "cuarentena domiciliar" y "absoluta" -por 30 días -para contener la pandemia de COVID19…”, según la DW2 .
Dentro de las medidas sanitarias a implementar en toda crisis y particularmente en una pandemia como la mencionada, esta el cuido de la salud mental de la población en general y particularmente de quienes la padecen (portadores), de los familiares y de quienes la atienden. Pero cuando hablamos de medidas como la cuarentena que implica ése "encerramiento obligatorio" se debe considerar que la salud mental no depende sólo de nosotros, si no de un sistema amplio de salud que debería ver más allá de la salud física y retomar como primera medida y estrategia de actuación, en adelante, la previsión, prevención en salud total .
Pero sin quitarle la importancia al papel de un sistema de salud nacional en cualquier parte del mundo, la salud mental está a cargo de cada una y cada uno de nosotros, ya que al no tener seguridad de la información acerca del origen, evolución, consecuencias del COVID19; al manejar datos alarmantes o desinformar (medios de comunicación y entidades gubernamentales idóneas en el tema) y la cultura de nuestra sociedad (cómo somos y nuestras carencias), se genera incertidumbre, miedo, en algunas personas pánico, fobias, trastornos del sueño, estrés, agresividad, depresión y otros desencadenantes que complican la convivencia familiar y el mantenerse aislado y encerrado. Además de las necesidades primordiales que no están satisfechas y que se ven vulneradas al quitar sus fuentes de ingresos con la aplicación de un estado de excepción, con el agravante que tenemos la experiencia de un sistema de salud que no ha cumplido con proporcionar atención adecuada por muchos motivos, entre otros, la falta de recursos que se asignan en mejoras de equipo y capacitación a su personal .
Vamos a mencionar y valorar sólo algunos aspectos internos de la persona, que nos pueden ayudar a comprender las reacciones en familiares, amigos/as, vecinos, conocidos y población general. Uno de esos aspectos es la visión de mundo que tenemos, si es amplia o reducida, si buscamos otra explicación o información al fenómeno producto de la crisis y la forma de analizarlo.
Otro es la interpretación de la realidad. ¿Ponemos filtros a esa realidad o la aceptamos tal cual nos la dicen? o vemos sólo lo que esta frente a nosotros. Es decir, qué de esa realidad analizamos y cómo la analizamos a partir de nuestro conocimiento y experiencias.
Otro aspecto sería si somos optimistas o no, pues en el optimismo viene la fortaleza para superar lo adverso. Tal vez tenemos humor positivo y tratamos de dibujar un panorama que nos conviene para sentirnos mejor o al contrario, reproducimos el círculo de negatividad alrededor de lo que aún no sucede, pues obviamente se relaciona a nuestro futuro.
La resiliencia, otro aspecto explicado como la capacidad de enfrentar lo adverso, tratando de obtener aprendizajes y realizar cambios en nuestro entorno (familia, trabajo, amistades, comunidad, sociedad) .
El manejo de las emociones, si por una parte las domino y controlo o dejaría que me controlaran y tendría un efecto de halo a nuestro alrededor, dejando que otros decidan en nuestras emociones o modelando las respuestas emotivas de otros/as.
Por último, en la proactividad, en la empatía, en la solidaridad, en la actitud, en fin, la personalidad que me permite o no funcionar, adaptarme, ayudar, pensar, reflexionar, o dividir más, ser un ente pasivo, simplemente esperar, no actuar, desesperar .
Con el aparecimiento de una crisis tenemos capacidades de respuesta diversas, pues anteponemos la experiencia pasada y el manejo que hacemos de la información ante los elementos que componen la crisis, aspecto que desde la perspectiva psicosocial en nuestro caso de El Salvador, esta tan confusa, porque no tenemos una expresión de la información certera y se nos ha bombardeado de tantas opiniones en redes sociales y en los medios de comunicación. Porque hay carencias, hay pobreza, hay un deficiente sistema de abastecimiento del agua, hay una gran parte del sector informal que ahora no tiene ingresos, hay necesidades no satisfechas. Hay injusticias! Que lejos de ayudarnos a enriquecer el conocimiento y comprensión del virus y sus consecuencias, nos lleva a una mezcla de emociones que van en la gama de ; sin menoscabar el factor "encerramiento" que al no poderlo manejar se nos puede desbordar. Porqué se habla de "desbordar". No sólo se nos limita salir y realizar actividades cotidianas, que son justificables para evitar la propagación; pero se amenaza la tranquilidad con la forma de presentar datos de todo el proceso de desarrollo de la pandemia, aflora la impotencia ante la necesidad de recursos básicos para sobrellevar el encierro, ante la urgencia de cuidar, atender y mantener al grupo familiar, a los adultos mayores y a los niños/as de la mayoría de familias pobres en nuestra sociedad lo cual desencadena brotes de violencia intrafamiliar a todo nivel, complejizando el panorama de la pandemia y del mismo encerramiento.
Una forma de manipulación de la información, que afecta directamente en esta crisis, la psiquis de las personas, es la forma alarmista de presentar los datos acerca de los efectos del virus, la propagación de éste, las estadística de su evolución de acuerdo a cifras mundiales pero no a cifras regionales y lo que es más grave, la falta de recursos, estrategias y protocolos de intervención. Con este panorama, el encerramiento se vuelve desesperante, angustioso, agresivo, dramático y hasta apocalíptico .
La propuesta es: seguir algunas ideas que nos pueden ayudar a manejar este momento que puede llevarnos mucho tiempo .
*A nivel macro, pensar en exigir a los gobiernos, un sistema de salud adecuado no sólo al momento de las crisis, pero si en cualquier nivel de atención de la enfermedad (cualquiera que ésta sea). Una de las tareas pendientes es el fortalecimiento de la salud mental que junto a la salud física representa la atención integral en salud y como entidad no se le ha dado la importancia que merece.
* A nivel individual: Tratar de comprender y entender el virus, su origen real, composición, evolución y efectos y cómo podemos prevenirlo, desde la investigación y lectura de fuentes científicas.
*Racionalizar esa información valorando con "cabeza fría", es decir objetivamente, los efectos en las personas, la comunidad y la sociedad .
*Si ya se han realizado estos pasos, no centrarse en lo que "pueda pasarme, pasarnos a la familia" centrarse en hacer todo para prevenirlo. Desde las medidas higiénicas hasta el contacto social. Este paso incluye no saturarnos de noticias y de mensajes que no tienen un origen confiable en las redes sociales y seguir los consejos de sanidad al pie de la letra .
*Buscar estrategias de ocupación en actividades productivas (aunque se trabaje desde casa), que sirvan de distracción, pero de motivación hacia el futuro . *Realizar actividades de ayuda mutua y cooperación solidaria con amigos, vecinos, conocidos o desconocidos, en función del bienestar común en esta época de cuarentena y en toda época de crisis o no .
*Revalorar la conducta, formas de pensar y sentir que promuevan el establecimiento de formas diferente de acción en beneficio social y personal .
*No creer todo lo que nos dicen, todo lo que escuchemos de otras personas, lo que leemos u oímos en las noticias, debemos poner un filtro y volver a las ideas que presente al inicio.
*Guardar la calma y la compostura, estar seguros si realmente presentamos síntomas o son sólo objeto de la desesperación por pensar en tener la enfermedad, adoptar una actitud positiva .
*Cuidar a las/os más vulnerables: la niñez y la al adulto mayor, personas con enfermedades crónicas, personas susceptibles al estrés, personas con cáncer y otros padecimientos.
* Denunciar conductas violentas hacia miembros de la familia y la comunidad: entre parejas, a niñas y niños, a los adultos mayores, a vecinos .
* Tomar este tiempo para reflexionar sobre todo. A nivel social, familiar y particular.
Por otro lado para aliviar un poco a sobrellevar la crisis de la pandemia, la OMS propone: "El director del organismo sanitario de Naciones Unidas ha propuesto que los países alivien la carga sobre sus ciudadanos a través de "programas de bienestar social para asegurar que las personas tengan alimentos y otros elementos esenciales para la vida". A nivel económico, se ha mostrado partidario de mecanismos de "alivio de deuda": "Es esencial para que algunos países puedan cuidar de sus ciudadanos y evitar el colapso económico"3 . Lo cual vendría a disminuir la ansiedad y el temor al futuro incierto por los efectos que el COVID-19 genera social y psicológicamente .
San Salvador, seis de abril de 2020 .
Msc. Sara Arelí Bernal Juárez
Psicóloga. No. Jvps 3890
Docente de la Universidad de El Salvador
Departamento de Psicología, Facultad de Ciencias y Humanidades .
Páginas revisadas
1. (https://www.ecdc.europa.eu/en/covid-19-pandemic).
2. https://www.dw.com/es/el-salvador-decreta-cuarentena-domiciliar-obligatoria-porun-mes/a-52876084.
3. https://www.infosalus.com/actualidad/noticia-oms-advierte-si-levantanrestricciones-demasiado-rapido-covid-19-podria-resurgir-20200403190214.html
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